Mi buen Ángel, Tú vienes del cielo; Dios te ha enviado para que me cuides. Oh, ampárame bajo tus alas. Ilumina mi camino, dirige mis pasos.
No me dejes, quédate muy cerca de mí y defiéndeme del espíritu del mal. Pero sobre todo ven en mi ayuda en la última lucha de mi vida.
Entrega mi alma para que contigo alabe, ame y contemple la bondad de Dios por los siglos de los siglos. Amén.