Glorioso San Miguel, Príncipe de las huestes celestiales, siempre dispuesto a socorrer al pueblo de Dios, que luchaste contra el dragón, la antigua serpiente, y
Te saludo a ti, santo ángel, que consolaste a mi Jesús en su agonía, y junto a ti alabo a la Santísima Trinidad por haberte
Ángel del Señor, mi querido guardián, para quien su amor me confía aquí, en este día (o noche) estar a mi lado para iluminarme
Ángel de la guarda, vela por aquellos cuyos nombres puedes leer en mi corazón. Guárdalos con todo cuidado y haz que su camino sea fácil
Oh Santo Ángel, asistente de mi alma miserable y de mi vida afligida, no me desampares, pecador, ni te apartes de mí por mi
Padre celestial, tu infinito amor por nosotros ha elegido a un bendito ángel del cielo y lo ha designado para que sea nuestro dulce compañia,guía
