Padre celestial, tu infinito amor por nosotros ha elegido a un bendito ángel del cielo y lo ha designado para que sea nuestro dulce compañia,guía en esta peregrinación terrenal.
Acepta nuestra gratitud por tan gran bendición. Haz que experimentemos la ayuda de nuestro santo patrón en todas nuestras necesidades. Y tú, santo y amoroso ángel y guía, vela por nosotros con toda la ternura de tu corazón de ángel.
Guárdanos siempre en el camino que lleva al cielo, y no dejes de rezar por nosotros hasta que hayamos alcanzado nuestro destino final: la salvación eterna.
Entonces te amaremos por toda la eternidad. Te alabaremos y glorificaremos constantemente por todo el bien que has hecho por nosotros mientras estábamos aquí en la tierra en nuestro dulce caminar. Sobre todo, sé un protector fiel y vigilante de nuestros hijos.
Ocupa nuestro lugar y nos proporciona lo que nos falta por debilidad humana, miopía o negligencia pecaminosa. Alivia, oh perfecto siervo de Dios, nuestra pesada tarea. Guía a nuestros hijos para que se parezcan a Jesús, lo imiten fielmente y perseveren hasta alcanzar la vida eterna. Amén.